A la hora en que la aurora
Asesina la noche
Despabila al sol
Y lo instiga para que despierte
Encarcela las siete vidas de mi gato
Para purgarme las tentaciones
Y espantarme los pecados.
Les pone minifalda a mis canciones
Mientras llena de amonestaciones
A mis prostitutas venganzas
Me provoca con tal descaro
Que hace trucos
Desafiando milagros
Por momentos tiendo a creerle
Después, me acomete un fiero
Desencanto
No hay promesa posible
Tu amor no me está amando
A toda costa me obliga
Me fuerza a que desista
De elegir entre los sueños
Aquellos que se resisten
A ser por mi soñados
Y me muestra el cruel precio
Por si acaso
Cometo semejante desenfado
Cuando la luna apaga su magia
Y las estrellas se cansan
El sol se ruboriza
Obligado involuntario testigo
Ya que hasta sin querer que quieras
Te pesco un beso furtivo y lo hago mío
Se asustan mis fantasmas
De mis celos empedrnidos
Ya que caen rendidos
Ante el ritual de tus viejos hechizos
Y me sangran las manos
De buscar caricias
Donde me das la espalada
Entonces escondo en los pliegues
De las sombras
Los retazos de las ansias que me sobran
Y asì se enhebran dos destinos
En una apuesta cara
Y casi sin sentido
Desafiando el que diràn
Poniéndole la mejilla
Al destino
Para colgar las ojeras trasnochadas
De tantas noches gastadas de tanto
Olvido
De guardar en mi piel el eco de tus
Gemidos
Y mi amor desesperado vuelve a buscar
El regazo negado
Todo esto, pasa, te lo confieso
Al ahora en que la aurora
Asesina la noche
Morocha urbana
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